Tiempo... tiempo... tiempo.

¿Qué cosa es el tiempo?
Algo que no se ve pero se siente, ligero como el viento que escapa... escapa y no podemos detenerlo.
Justo a tiempo se dice de algo que fue oportuno. Triunfador el que logró el triunfo a tiempo. Fracasado el que tuvo la mala suerte de ser inoportuno y todo lo hizo fuera de tiempo.
Desperdiciar el tiempo es delito grave, no aprovecharlo es algo irreparable. Ni se compra ni se vende. No podemos alargarlo, ni acortarlo. Prisioneros somos de su espacio, ya que nacemos, crecemos y morimos en el tiempo.
Somos niños por un tiempo, jóvenes en otro, maduros y muy poco los viejos que alcanzan la plenitud a tiempo.
En la infancia, corre lento el tiempo. En la juventud, corremos desenfrenadamente, desperdiciando el tiempo. Y conforme pasa el tiempo, ¡qué de prisa se va yendo!
Amar a plenitud es conocer el amor a tiempo. Ser madre o padre es engendrar a tiempo. Se llega a ser alguien cuando se empieza a trabajar a tiempo.
Y tú, querido amigo/amiga: ¿te has puesto a pensar qué has hecho con tu tiempo?
Es tiempo ya de que medites en esto, cuando aún estás a tiempo.

Acerca del amor, dicen que...
+ Se enamora quien está dispuesto a enamorarse, quien está disponible.
+ El enamoramiento es propio de la adolescencia y la juventud, y no de otra edad.
+ Sólo la persona que ha experimentado el amor es capaz de crecer.
+ El amor es sólo para los poetas.
+ El amor es esencialmente una relación.

Hay que enfrentar el hecho de que: para ser amados, necesitamos inspirar AMOR; a menos que ames a alguien, nada tendrá sentido.

Y bueno, dicen que: el labial rojo carmesí es el favorito

de las mujeres seguras de sí mismas, seguras de su sexualidad.

¡Hasta la próxima!...