El tamaño de las Personas

Una persona es Grande... cuando habla de frente y vive de acuerdo con lo que dice.Cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe con franqueza.
Una persona es Grande... cuando perdona, cuando comprende, cuando actúa no sólo de acuerdo con lo que esperan de ella, sino con lo que espera de sí misma.
Una persona es Grande... cuando sabe dar, cuando no tiene miedo de recibir, cuando la define la alegría; cuando enfrenta la tristeza, cuando domina la ira.
Una persona es Grande... cuando extiende su mano, cuando cierra su boca y abre su corazón.
Por eso... si esbozaste en tus labios la misma sonrisa que viste en aquel niño... si sentiste correr por tu mejilla las mismas lágrimas de dolor de un amigo... si te recostaste sobre el pasto y te deleitaste con el perfume de una flor... si sigues tomando de la mano a tu pareja...

... en verdad eres una persona sensible que has llenado de belleza tu alma, de amor tu corazón y, sobre todo, te convertiste en una persona muy GRANDE.

JÉNICO

Encuentro

Una mujer camina a mi lado, no la sentí llegar. Me habla de lugares que no conozco, toca mi brazo derecho, sonrío sin comprender por qué, pues muchas de sus palabras me suenan extrañas. De pronto, llegamos a una esquina y la luz del farol que ilumina la calle me permite ver sus facciones: es muy joven, creo conocerla pero cuando estoy a punto de recordarla se despide; la veo alejarse en la oscuridad, entonces me doy cuenta de que debe ser muy tarde y vuelvo sobre mis paso, aunque no sé para qué.
He caminado algunas calles y recuerdo su nombre, su voz y la tibieza de su beso en mi mejilla al irse, es lo único que tengo ya de ella, eso y sus palabras quizá sin sentido, pero el tono de su voz será lo más preciado para mi desde ahora.
¿Qué hice antes de caminar por aquí? No sé. Creo que desde que existo camino por esta calle; ha cesado la lluvia y quizá pronto amanezca. Ya no tengo frío. Alguien se acerca. Me cubre con una manta seca y dice dos palabras que no entiendo. Caminamos en silencio. La calle es tan larga. Le hablo de mi madre, sonríe y dice: "Sí, así es la muerte".

Iba yo por un sueño que no era un sueño sino un camino.

Y en ese camino me encontré con una mujer,

que no era una mujer sino un sueño.

Recordando a mi madre...