PEPEGRAMAS XVI

La esencia de la lucha humana es el conflicto entre quiénes somos y quiénes queremos ser. De hecho, la dualidad es el eje de la experiencia humana. La vida y la muerte, el bien y el mal, la esperanza y la resignación coexisten en nosotros y ejercen su influencia en todas las facetas de nuestra vida. Sin embargo, la mayoría negamos o desconocemos nuestra naturaleza dual. Nos da miedo lo que podemos encontrar si nos atrevemos a mirar nuestro interior, así que escondemos la cabeza bajo el ala y nos negamos a enfrentarnos a nuestro lado oscuro.
La sombra se oculta avergonzada en los oscuros pasadizos de nuestra conciencia. Tener una sombra no es tener defectos sino estar completos. En vez de vergüenza, siente compasión. En vez de confusión, se positivo. La compasión que descubras hacia ti mismo despertará tu seguridad y valor. Desaparecerá la ilusión de que la sombra te domina y verás el mundo con nuevos ojos. Serás más libre, recuperarás tu poder y materializaras tus sueños.
La sombra nos convence de que culpemos a los demás en vez de hacernos responsables. Nos pide que ignoremos nuestra propia debilidad y la proyectemos en los demás. El efecto sombra está en todas partes. La prueba de su omnipresencia está en todos los aspectos de nuestra vida.
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JÉNICO.