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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

martes, febrero 25, 2014

 
El cine no solo sirve para desconectarse de la actividad cotidiana, o para divertirse, sino que hay películas que incluso pueden ser inspiradoras, ya sea por su mensaje o por su contenido. Uno de los casos más destacados es el de la trilogía de El Padrino. La de Vito Corleone no es una empresa familiar más, pero los negocios de una de las familias más poderosas de la mafia italiana en Nueva York pueden ayudar a entender cómo funcionan los negocios, incluso puede inspirar a directivos y a empleados de perfiles comerciales.

Algunas frases de la trilogía de El Padrino que pueden inspirar a los emprendedores.
1. No es nada personal, sólo negocios.
2. Te haré una oferta que no podrás rechazar.
3. Intenta pensar cómo piensan los que te rodean. Con esta base, todo es posible.
4. Nunca digas a un extraño lo que piensas. 5. Razona tus problemas, la gente desconocida no debe saber lo que piensas.
6. Mantén la boca cerrada y los ojos abiertos.  
7. Nunca odies a tus compañeros afecta tu razón.
8- Mantén cerca a tus amigos, pero más a tus enemigos.

 
"Si hay algo seguro en esta vida, es que no se puede matar a cualquiera".

viernes, febrero 21, 2014

Los rostros inocentes... de la violencia en Siria.

“La no-violencia es la ley de nuestra especie, así como la violencia es la ley de la bestia” (M. Gandhi)

De todos los males que el hombre se ha hecho responsable, ninguno es más degradante, más escandaloso y más brutal como la violencia ejercida contra los inocentes. La valentía del alma es el único refugio seguro para aquellos que lloran, para aquellos que sufren...
 
“Qué injusta, qué maldita, qué cabrona la violencia, que no nos mata a nosotros,
sino a los que amamos”.
(Adaptación de una frase original de Carlos Fuentes)
 

jueves, febrero 20, 2014

Lo dijo Einstein:
“La imaginación es más importante que el conocimiento”.   

Sí, la imaginación es lo que ha llevado a los sabios y científicos  a descubrir  la energía solar, las telecomunicaciones, el internet, las sondas espaciales; todos estos inventos,  todas estas creaciones fueron soñadas antes de ser realidades. Yo no soy un científico, mucho menos un sabio, pero me gusta escribir. Escribir, para mí, es soñar con los ojos abiertos. Es caminar por el riesgoso sendero del pensador independiente. Es exponer mis ideas al peligro de la controversia. Es defender mi punto de vista. Es temer menos a la etiqueta de la locura que al estigma de la conformidad. Sí, escribir me transporta, me envuelve, le da alas a mi imaginación.

Para los que no lo saben, o lo han olvidado, el secreto al escribir, es que uno puede crear paraísos e infiernos, alegrías y tristezas; escribir acerca de las pasiones y las emociones, y todo tipo de utopías sin tener que creer en ellas. Por eso, al escribir, me gusta provocar todo tipo de sentimientos y expectativas. Por eso me gusta lo que escribo. Es en las letras donde me visito y me examino, día a día. 

Cuando escribo algún relato, primero me concentro en temas de la vida diaria: Intereses, vicios y virtudes del ser humano; luego imagino, y observo, a un protagonista hasta darle existencia propia (sus secretos, sus ambiciones, sus miedos). Sí, hay que romperle la cara a la realidad, no quedarse en lo aparente, ahondar en lo que hay detrás, más allá de cada persona. Por eso busco que mis personajes se muevan por sí mismos, tratándolos en un tono que exprese sentimientos y emociones, que sacudan al lector con un suceso rotundo, definitivo... una manera de tocar las fibras de los lectores, una manera de quedarme en su mente.