Si queremos un mundo
distinto, sin oprimidos ni opresores, deberemos ser respetuosos de los derechos
humanos. La humanidad se enfrenta a la madre de todas las
catástrofes, a un mundo asolado por la violencia, por la brutalidad. En el momento actual de la evolución,
debido a la tecnología y a sus implicaciones sociales, estamos dejando de ser humanos
para convertirnos en inhumanos, sí, en purititos animales. Tal parece que en
este ciclo evolutivo volveremos a nuestros inicios… ¡Volveremos a ser
primates!
De todos los males que el hombre se ha
hecho responsable, ninguno es más degradante, más escandaloso y más brutal como
el de haber abusado de la mejor mitad de la humanidad: el género femenino. Si queremos crecer como personas, debemos respetar a
nuestra otra mitad. Pensemos antes de reaccionar. Dignifiquemos nuestro
género, comportémonos como hombres… ¡No
más violencia contra las mujeres!
Cómo hay gente que no
distingue entre un juego y una persona, usan a los dos sólo para pasar el rato. Tantos juguetes en el mundo, y la gente elige los sentimientos
para jugar.