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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

jueves, junio 21, 2007

Para leer acompañado de un café


Deseada Carne
Acaricio tu cuerpo húmedo con la yema de mis dedos para sentir el placer de mi piel sobre la tuya. Acaricio tu cuerpo con un deseo creciente porque conozco tu espíritu, porque sé que en tu interior late la esencia divina y el demonio: eres portadora del bien y el mal. Lenta y cuidadosamente voy despojándote de la piel que te cubre, y siento agua en la boca al pensar en tu carne blanda y dulce.

Te observo, desnuda ya, y me extasío en la contemplación, para lamer las gotas del néctar maravilloso de tus secreciones. No puedo resisitir por más tiempo el deseo y muerdo, desgarro, despedazo, mastico, revuelvo y trago tu carne con desesperación, eres maravillosa como la vida y breve como la felicidad. Con desenfado arrojo las semillas con un impulso de la lengua y arranco de aquel racimo otra uva a la que voy quitando despacio y cuidadosamente la piel.


La vida de una feminista en el siglo XXI

Despertar después de un tranquilo sueño estimulado por un proyector de imágenes beautyfulldreams: desayuno preparado por una cocinera mecánica que está programada para utilizar extractor de jugos, cafetera, sandwichera, todo eléctrico; limpieza de la casa: una palanca pone en movimiento los aparatos que aspiran el polvo y realizan el aseo; una máquina recoge la ropa sucia y la lleva hasta la lavadora y planchadora automáticas; el viaje a la oficina es en auto alimentado por energía solar y conducido por un robot; al regreso del trabajo la comida está lista en un horno de microondas computarizado; para distraerse por la tarde, pone una película en el dvd; va a la cama, allí su marido inerte aguarda, le oprime el botón rojo que indica hacer el amor; finalmente pone el despertador de música electrónica para el día siguiente recomenzar la rutina.

FIN

Hubo una vez un "fin" que no sólo no pudo esperar a que el cuento concluyera, sino que ni siquiera aguardó a que comenzara. Entonces lo usaron de título.

Utilitarismo

Lloraba lágrimas de sangre, que vendía para transfusiones.

Cuento minúsculo

Cuando ella volvió en sí, vio que... ¡sí!

El Reloj

Mi reloj atrasaba, pero lo mandé componer y adelantó de tal manera que no tardó en dejar muy atrás a los mejores relojes de la ciudad. (Mark Twain).

Malapata

(La caída del pie en un paso mal dado). Raúl Renán

¿Otro cafecito?

¡Provecho!

miércoles, junio 20, 2007

Historia contada por el vecino nuevo
El sombrero que hallaron encima del asfalto tuvo un hombre debajo alguna vez. El hombre permanecía horas enteras mirando hacia el punto más lejano de la calle. El punto más lejano de la calle permanecía también mirando al hombre. El punto más lejano de la calle no envejece. Y la lluvia desgastaba al hombre y desgastaba al punto más lejano.

El hombre tenía un sombrero. El hombre dormía quitándose el sombrero (el sombrero revuelve las ideas). El insomnio no existe sin ideas. De mañana el hombre se ponía en el sombrero nuevamente. Pasaba varias horas ordenando las ideas para de noche volver a la misma historia hasta el cansancio.

Así fue que el hombre se deshizo lentamente contemplando el punto más lejano de la calle y el punto más lejano de la calle no envejece todavía.

Historia de la vecina
La vecina era gorda, solía desafinar alegremente mientras colgaba al sol los delantales.
Era una mujer sin prisa y sin marido. Una tía solterona de arómatica sopa.
La vecina era gorda como un piano; su risa era un teclado arpegiando al mediodía.

Cuando las flores de su viejo delantal se marchitaron, su corazón se paró como quien deja de cantar a la mitad y la gorda vecina se marchó hacia algún lugar desconocido. Desde ahí conduce hacia el sol a todos los viejos delantales que al oír su canción desafinada se llenan de colores.
¡Hasta el próximo!

viernes, junio 15, 2007

La Realidad y El Deseo,
además de ofrecer algunos de los poemas más inquietantes de nuestro idioma, descubre la tormenta de un espíritu en su aspiración tenebrosa hacia lo insondable.
Ya alguien pensaba que la poesía es una metafísica que se hace sensible al corazón y se manifiesta por gracia de las imágenes. La lírica de Cernuda es, además, una desconcertante prueba de la sed y de la práctica de la libertad humana. La imaginación es la única fuerza capaz de despertar la conciencia del hombre. Cuando más hoy se cerca al individuo, más violentamente lo rescata la poesía.
Lo que hasta aquí se ha dicho alude apenas a aspectos que son la superficie de La Realidad y El Deseo. No intentemos avanzar, dejando que estos poemas, como la primera vez de su lectura, nos sigan desvelando en su solo encantamiento.

No decía palabras
No decía palabras,
Acercaba tan solo un cuerpo interrogante,
Porque ignoraba que el deseo es una pregunta
Cuya respuesta no existe,
Una hoja cuya rama no existe,
Un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
Remonta por las venas
Hasta abrirse en la piel,
Surtidores de sueño
Hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
Una mirada fugaz entre las sombras,
Bastan para que el cuerpo se abra en dos,
Ávido de recibir en sí mismo
Otro cuerpo que sueñe;
Mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
Iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
Porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.

MÚSICA CAUTIVA A dos voces
"Tus ojos son los ojos de un hombre enamorado;
Tus labios son los labios de un hombre que no cree
En el amor." "Entonces dime el remedio, amigo,
Si están en desacuerdo realidad y deseo."


El verso de Cernuda, casi incorpóreo en un principio, ha sabido guardar las calidades de ligereza, de levedad anhelante, de tersura, de gracia apenas dibujada en el aire.
Hay en Cernuda también aquella nota trágica de la aceptación de un destino solitario.
Tal aspecto se agudiza en sus poemas porque en ellos no aparece ninguna realación con el más allá. Esta poesía no espera del cielo el paraíso que le niega la tierra.

Luis Cernuda (Sevilla 1902), (México 1963).
Poesía: Perfil del Aire, Ocnos, Desolación de la quimera; pero su poética se reunió bajo el título de su obra más significativa:
La Realidad y El Deseo.
Ensayos: Estudios sobre poesía española contemporánea y Poesía y Literatura, dos tomos, entre los más importantes.


¡Hasta mañana!

jueves, junio 14, 2007

Cuéntame un cuento

Algunas personas me han solicitado, con insistencia, que les pase algunos tips para aprender a escrbir "cuentos".
Bueno, déjenme decirles que no hay reglas para ser un buen "cuenta cuentos"; nace de la observación, la creatividad y la habilidad personal para crear una buena ficción.
No obstante, volveré a reproducir lo que vendría a ser una Definición del Cuento.

"El escritor, si es hábil, -escribía Charles Baudelaire, refiriéndose a la novela corta- no ajustará sus pensamientos a los incidentes, sino que habiendo concebido deliberadamente, a placer, un efecto a producir, inventará los incidentes y combinará los acontecimientos más apropiados para conseguir el efecto deseado.
Si la primera frase no está escrita con el fin de preparar esa impresión final, la obra será defectuosa desde el principio. En toda composición no debe deslizarse una sola palabra que no contenga una intención, que no tienda, directa o indirectamente, a completar el propósito premeditado".

Los siguientes cuentos, escritos por un maestro argentino de la mini ficción, Héctor Sandro, les ayudará para eliminar las telarañas que aprisionan sus pensamientos.

Astucias Femeninas
El marinero dijo: "Me subyugas, me apasionas, me enloqueces. ¿Cómo hago para poder amarte?
"Pues Fácil", contestó la sirena. Y corrió el cierre de la cremallera y se bajó la cola de escamas.

Triste Historia de Amor
Con hábiles y primorosos plegados hacía pajaritas de papel, y a solas, en la intimidad de su cuarto, les enseñaba a volar.
Una tarde de otoño, un fuerte viento abrió la ventana, y en la ráfaga propicia escaparon en bandada todas las pajaritas.
Desengañado y dolorido, el hombre dobló muy delgado y largo su más fino papel, y con él se atravesó el corazón.

Maravillas Oftalmológicas
Sus días transcurrían monótonos, siempre exactamente uno igual al otro.
Las cosas que sucedían a su alrededor eran siempre las mismas.
Siempre eran las mismas las personas a las que veía, y eran los mismos los lugares
que frecuentaba y transitaba siempre.
Para huir de semejante rutina de circunstancias, comenzó a usar gafas con caleidoscopio integrado.

Todos los Inocentes
Al terminar su arenga acerca de las faltas ajenas, y para hacer concientizar al auditorio el grado de tolerancia sobre ellas, midiendo y sopesando las propias, el predicador dijo:
-Hijos míos, recordad siempre aquello de "El que esté exento de culpas, que arroje la primera piedra".
Y murió lapidado por la multitud.

El que sigue lo escribió nuestro Premio Nobel, Octavio Paz:
La calle
Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo y me levanto y piso con pies ciegos las piedras mudas y las hojas secas y alguien detrás de mí también las pisa: si me detengo, se detiene; si corro, corre.
Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida, y doy vueltas y vueltas en esquinas que dan siempre a la calle donde nadie me espera ni me sigue, donde yo sigo a un hombre que tropieza y se levanta y dice al verme: nadie.

Ahora, yo les cuento estos mini cuentos:
Uno Más
El cuento era tan real que el escritor pasó a ser un personaje más.
Recurso
La mamá permitía a Pepito tocar el tambor todas las tardes porque eso lo mantenía callado.
NOE
Miró con el rabillo del ojo: a su alcance estaba la única pareja de moscas que había sobrevivido a la catástrofe. Un simple, violento movimiento de su brazo, y esa odiosa especie desaparecería para siempre.
Pero pensó en las incontables generaciones de moscas que no morirían a manos de los humanos, privándolos así del deleite de la cacería. Deleite atávico cuya única manifestación doméstica podría ser justamente en ocasión de las moscas.
De modo que, desviando la vista, las dejó volar.

Venga, ya dejen los pretextos, pónganse a escribir. ¡Suerte!

Sólo recuerden:
No basta con contar o inventar un sueño: hay que reconstruirlo como cuento.

¡Mañana seguimos de cuentos!