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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

jueves, junio 14, 2007

Cuéntame un cuento

Algunas personas me han solicitado, con insistencia, que les pase algunos tips para aprender a escrbir "cuentos".
Bueno, déjenme decirles que no hay reglas para ser un buen "cuenta cuentos"; nace de la observación, la creatividad y la habilidad personal para crear una buena ficción.
No obstante, volveré a reproducir lo que vendría a ser una Definición del Cuento.

"El escritor, si es hábil, -escribía Charles Baudelaire, refiriéndose a la novela corta- no ajustará sus pensamientos a los incidentes, sino que habiendo concebido deliberadamente, a placer, un efecto a producir, inventará los incidentes y combinará los acontecimientos más apropiados para conseguir el efecto deseado.
Si la primera frase no está escrita con el fin de preparar esa impresión final, la obra será defectuosa desde el principio. En toda composición no debe deslizarse una sola palabra que no contenga una intención, que no tienda, directa o indirectamente, a completar el propósito premeditado".

Los siguientes cuentos, escritos por un maestro argentino de la mini ficción, Héctor Sandro, les ayudará para eliminar las telarañas que aprisionan sus pensamientos.

Astucias Femeninas
El marinero dijo: "Me subyugas, me apasionas, me enloqueces. ¿Cómo hago para poder amarte?
"Pues Fácil", contestó la sirena. Y corrió el cierre de la cremallera y se bajó la cola de escamas.

Triste Historia de Amor
Con hábiles y primorosos plegados hacía pajaritas de papel, y a solas, en la intimidad de su cuarto, les enseñaba a volar.
Una tarde de otoño, un fuerte viento abrió la ventana, y en la ráfaga propicia escaparon en bandada todas las pajaritas.
Desengañado y dolorido, el hombre dobló muy delgado y largo su más fino papel, y con él se atravesó el corazón.

Maravillas Oftalmológicas
Sus días transcurrían monótonos, siempre exactamente uno igual al otro.
Las cosas que sucedían a su alrededor eran siempre las mismas.
Siempre eran las mismas las personas a las que veía, y eran los mismos los lugares
que frecuentaba y transitaba siempre.
Para huir de semejante rutina de circunstancias, comenzó a usar gafas con caleidoscopio integrado.

Todos los Inocentes
Al terminar su arenga acerca de las faltas ajenas, y para hacer concientizar al auditorio el grado de tolerancia sobre ellas, midiendo y sopesando las propias, el predicador dijo:
-Hijos míos, recordad siempre aquello de "El que esté exento de culpas, que arroje la primera piedra".
Y murió lapidado por la multitud.

El que sigue lo escribió nuestro Premio Nobel, Octavio Paz:
La calle
Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo y me levanto y piso con pies ciegos las piedras mudas y las hojas secas y alguien detrás de mí también las pisa: si me detengo, se detiene; si corro, corre.
Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida, y doy vueltas y vueltas en esquinas que dan siempre a la calle donde nadie me espera ni me sigue, donde yo sigo a un hombre que tropieza y se levanta y dice al verme: nadie.

Ahora, yo les cuento estos mini cuentos:
Uno Más
El cuento era tan real que el escritor pasó a ser un personaje más.
Recurso
La mamá permitía a Pepito tocar el tambor todas las tardes porque eso lo mantenía callado.
NOE
Miró con el rabillo del ojo: a su alcance estaba la única pareja de moscas que había sobrevivido a la catástrofe. Un simple, violento movimiento de su brazo, y esa odiosa especie desaparecería para siempre.
Pero pensó en las incontables generaciones de moscas que no morirían a manos de los humanos, privándolos así del deleite de la cacería. Deleite atávico cuya única manifestación doméstica podría ser justamente en ocasión de las moscas.
De modo que, desviando la vista, las dejó volar.

Venga, ya dejen los pretextos, pónganse a escribir. ¡Suerte!

Sólo recuerden:
No basta con contar o inventar un sueño: hay que reconstruirlo como cuento.

¡Mañana seguimos de cuentos!