Paréntesis Urbano.

Hay momentos en la vida en los que extrañas tanto a algunas personas, que quisieras sacarlas de tus sueños y envolverlas en un abrazo.

Sueña lo que desees soñar; ve a donde desees ir; sé lo que deseas ser, porque solamente tienes una vida y una oportunidad para hacer las cosas que deseas hacer.
Ten la suficiente felicidad que te haga dulce, los suficientes tropiezos que te hagan fuerte, la suficiente tristeza que te hagan humano y la suficiente esperanza que te haga feliz.
La mayoría de la gente feliz no necesariamente tiene lo mejor de cada cosa; ellos solamente toman lo mejor de las cosas que aparecen a lo largo de su camino.
La felicidad existe para aquellos que lloran, aquellos que les duele, aquellos que han buscado, aquellos que han tropezado, porque solamente ellos pueden apreciar la importancia de las personas que han tocado su vida.
El futuro brillante estará siempre basado en un pasado olvidado; no puedes continuar con tu vida hasta que dejes escapar tus fracasos del pasado y los dolores del corazón.

La vida comienza con una sonrisa, crece con un beso y termina con una lágrima.

Sé feliz, no vivas preocupado. Sufrir es una pérdida de tiempo.

¡Carpe diem!

PEPEGRAMAS

"Pataditas" es la primera forma de comunicarse que conoce el ser humano. Después de eso comienza el show y a llorar se ha dicho, ya que al no conocer palabra alguna recurrimos al clásico llanto como reclamo de nuestra incoformidad en este nuevo mundo, un mundo que no tiene fluidos ni cordones, en el cual desde que llegamos nos sentimos desprotegidos. No como en aquella redonda y calientita barriga de la cual hemos sido expulsados, porque la renta de nueve meses por adelantado ya se termino. Ha llegado la hora de hacer travesuras.
A medida que crecemos no sólo crecen nuestros pies o nuestras manos, también crecen nuestros sentimientos así como la manera de comunicarlos. De repente y como por arte de magia, se nos presenta el amor. Para algunos un cosquilleo, para otras mariposas en el estomago, para mi sólo amor.
Nervios, tartamudeos, manos que no te dejan de sudar, un comportamiento un tanto cuanto tonto, como si se parara el tiempo y quiseras repetir el momento una y otra vez, son algunos síntomas de que estás enamorado. El estar enamorado, verdaderamente enamorado, te hace cuestionarte sobre aquellas novias o novia que tu creías amar y ahora te das cuenta que tal vez no era como tú lo pensabas, ya que el amor no se piensa, el amor no se sabe... ¡se siente!
El amor no siempre es correspondido, pero no por eso deja de ser amor.
Pero el tiempo parece ser uno de los principales enemigos de estos sentimientos.
El tiempo nunca se detiene, nos priva de quedarnos en ese vientre para siempre o hacer travesuras por toda la eternidad. Tampoco nos concede dos veces ese sentimiento donde surgió la famosa "química"con esa persona y poder conservar todo como el primer día que la conociste.
El tiempo nos enseña, nos premia y también nos castiga. El tiempo se lo lleva todo.

¡La copa se apura, la dicha se agota;

de un sorbo tomamos mujer y licor...

Dejamos las copas...

si queda una gota,

que beba el lacayo

las heces del amor!

¡Feliz día del amor y la amistad!

La cucaracha, la cucaracha...

Algo sabía Franz Kafka de la mala reputación de las cucarachas cuando decidió darle a la pesadilla de Gregor Samsa -protagonista de la Metamorfosis- la forma de uno de estos artrópodos.
Lo que resulta difícil de creer es que esta cucaracha "ya no pueda caminar" -incluso, aunque no tuviera "marihuana que fumar"-, ya que estos bichos se adaptan a casi cualquier ecosistema y resisten prácticamente todo: hibernan si las condiciones no son favorables; soportan hasta un mes sin agua y, si llegan a necesitarla, pueden absorberla del medio ambiente; comen de todo; sobreviven semanas sin cabeza y terminan muriendo por falta de alimento. Además, estos insectos -de los que existen más de 3,500 especies y, por fortuna, sólo 40 pueden invadir nuestros hogares- aprenden a evitar los lugares en los que hay veneno y, lo peor de todo, se reproducen a un ritmo alarmante. Pese a que una de las características que define a todas las plagas es la rapidez con la que se propagan, todo desastre genera señales previas de arribo.
Esta es mi crónica Kafkiana de un ataque de voraces y deformes criaturas.
En mi caso las advertencias se dieron a manera de ruidos sólo audibles a partir de la una o dos de la mañana, justo después de apagar la televisión y abandonarme al sueño. Durante los primeros 10 ó 15 minutos de vigilia, escuchaba, cada vez con más frecuencia, intermitentes crispaciones que parecían venir de un lugar no muy lejano. Intuí la presencia de turbulencias que, agazapadas en la oscuridad, preparaban el inminente ataque.
Una noche, al bajar por un vaso de agua, ahí me esperaba, seguro e impasible, como si la cocina hubiera sido diseñada para su gusto, el primer heraldo del desastre: una cucaracha de siete centímetros de largo por cuatro de ancho. Casi sin pensarlo, procedí a aplastarla con mi pantufla. Fue una experiencia rarísima: el pisotón produce un inconfundible crack, una pequeña prueba auditiva de la muerte del insecto. El sonido es desagradable y asqueroso, muy lejos de sentirse como una muestra afirmante de poder. Ser Dios no debe ser muy divertido.
Por cierto, las cucarachas, en especial las de la variación conocida como americana, son alucinantemente rápidas, pueden escalar sin dificultad paredes y techos. Las cucarachas son nocturnas y pasan 75% de su vida en refugios (grietas, rendijas), por estos motivos, varios especialistas en control de plagas sostienen que por cada una que uno ve, puede haber 200 ó más escondidas. La pregunta, obvio, es dónde. Por eso chequé coladeras, fregadero, lavabo, rincones, y nada. No había nada. "Seguro se coló cuando abrí la puerta", pensé.
En la noche, sin embargo, los ruidos, de nuevo los ruidos. Me levanté y busqué: nada. Prendí la televisión. En CNN entrevistaban a un analista español del periódico ABC que equiparaba la crísis económica, la primera gran depresión global, con una plaga bíblica liberada por la idolatría del dinero. Me quedé dormido y soñé con miles de alimañas que devoraban mi mente. Desperté temblando. Bernie Madoff, el villano favorito de Wall Street, estaba en la pantalla. Me levanté a apagar el televisor. Escuché y sentí un crack debajo de mi pie desnudo. Otra cucaracha. Prendí todas las luces. Una más en el pasillo. Crack. Otras tres en la cocina. Crack. Crack. Crack.

Por la mañana compré diferentes insecticidas "mata cucarachas". Vacié las latas por toda la casa. ¡Coman esto hijas de puta! Tanto insecticida me obligó a salir todo el fin de semana. Dormí en el departamento de mi hijo y volví a soñar con infiernos.

Pensé en no regresar a mi casa, ¿para qué?, deseché la idea al cabo de unos segundos.

Mi casa es mi casa.

Domingo, de regreso a mi hogar. La casa estaba en penumbras, sentí la presencia de algo o de alguien que me llenó de miedo, de angustia...

No den por sentado nada en sus vidas: un buen día las cucarachas pueden manifestarse y arrasar con todo.

¡Hasta el próximo!

Para iluminar tu día...

Es la reina pirata de un dulce encantamiento, su mirada es un deseo anhelante, hace tiempo que siguen sus huellas cristalinas, príncipes marineros bogando sin cesar. Hace tiempo que navegan sin parar, mar adentro, buscando los tesoros que existen en la isla de su corazón.
Y en la red infinita de sus locos anhelos que la envuelven piadosos como un fino tul, toda ella se transforma, toda ella se convierte, y entonces es el alma pura de una luminosidad azul.
Príncipe marinero, no la busques... en vano pasarás por la vida navegando sin rumbo.
Su cuerpo es humo de ilusión... su mirada un profundo mar.

Giane, nunca olvides que la vida puede ser vivida noblemente si la enfrentas con valor, como una aventura espléndida hacia tierras desconocidas donde perderás y ganarás muchas batallas, pero encontrarás amigos y muchas alegrías.

La vida es una serie de locuras.

Elige algo que te apasione, da siempre lo mejor de ti.

¡Feliz cumpleaños!