En este mundo no todo es alegría y color, es un lugar terrible que muchas veces te pone de rodillas por el dolor y, si no se lo impides, te somete permanentemente. Es tan ingrato, que hay que saber soportarlo sin dejar de avanzar, pero, así es como se gana, soportando los golpes y levantándonos a pesar del dolor. Sí, en este mundo hay que ser capaz de todo para no terminar derrotados.

 No debemos inquietarnos por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por un porvenir sombrío. En medio de nuestras inquietudes y dificultades, ofrezcámosle el sacrificio de nuestra alma sencilla que, pese a todo, acepta los designios del destino. No te consideres un frustrado, si plenamente has realizado las cosas a tu manera. Despreocúpate, confía ciegamente en tu intuición, sí, esa vocecita que late dentro de ti, y que está ahí, aunque jamás la veas.