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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

viernes, abril 27, 2007

Contradicción

La mayoría le tememos a la muerte, pero algunos la desean y la anhelan tanto que se convierten en suicidas; para ellos la vida pierde todo sentido.

La diferencia entre una muerte natural y una voluntaria es que los que se matan saben de antemano la hora, el lugar y cómo van a morir.

Tal vez en algún momento todos hemos sentido la tentación de terminar con nuestra existencia; cuando estamos enfermos y abatidos, o bien cuando todo lo que hacemos y emprendemos fracasa, pero sobre todo cuando se pierde la Fe.
Aunque parezca raro, el suicidio es más frecuente entre los intelectuales que entre las personas ignorantes.

En el japón, hasta hace poco tiempo, era un deber ineludible practicarse el hara-kiri si se había perdido el honor, es decir, fallando en cualquier cosa que se hubiese impuesto.
Los sufridos románticos son también candidatos a volarse la tapa de los sesos.

Lo que no me queda muy claro es saber si el suicida es un valiente o un cobarde. Lo que si les aseguro es que no lo pienso comprobar personalmente, prefiero vivir con la duda.

"Los hombres llaman a la muerte ausente,
más no la quieren ver cuando presente".
Sebastián Mey

¿Por qué están mis uñas siempre sucias?
Quizá sea ahí donde el germen de mi infancia se refugia.
"murió de muerte natural... al lavarse las manos"
Jenico

¡Hasta Mañana!

miércoles, abril 25, 2007

Pienso en los lectores "inteligentes", esos que quieren que todo corresponda, la vida del escritor y la prosa, la obra con el mentor.
Para aquellos, que han estado preguntando si existen reglas para escribir, les digo que sí, por supuesto.
En el mercado hay una gran variedad de libros que tratan sobre esto,
pero para ahorrarles la búsqueda, reproduciré el decálogo, de mi mentor, maestro y amigo, Raúl Renán.

Decálogo del Escritor

Primero. Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.

Segundo. No escribas nunca para tus antepasados, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus contemporáneos. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.

Tercero. En ninguna circunstancia olvides el célebre dictum:
En literatura no hay nada escrito.

Cuarto. Lo que puedas decir con cien palabras, dilo con cien palabras;
lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio;
así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.

Quinto. Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha hay que ejercitarse de día y de noche.

Sexto. No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote.
Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos entristezcan.

Sétimo. Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.

Octavo. Trata de decir las cosas de tal manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.

Noveno. No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.

Décimo. Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca trascenderás.

Anatole France, lo resumía en dos reglas:
Tener algo que decir, y decirlo bien.
Si leo, no es por saber más, sino por ignorar menos.

¡Hasta Mañana!

jueves, abril 19, 2007

Contaminación

Hace mucho tiempo -¿cuánto?- que, al levantar la cabeza y fijar tu mirada en el cielo, no ves su antiguo azul, si es de día. Vives en una gran ciudad y respiras su aire denso, pastoso, un aire que ha sufrido la terrible encarnación terrera. Esto es: un aire envenenado. Un aire mortal que te envuelve, te arropa, te cubre de una corteza, como de barro negro, que terminará por darte una presencia fantasmagórica, de estatua con derecho a lentos y angustiosos desplazamientos. Es un aire que, sin duda, ya estaba previsto en el Apocalipsis y que ya está, en este momento, exterminando a la humanidad, a la flor y a la bestia.

Si es de noche y levantas la cabeza al mismo cielo, no verás más estrellas que aquellas que se producen dentro de ti como resultado del choque que experimentas constantemente contra algo inevitable y cercano: árbol, ser humano, muro (de las mentaciones) o artefacto del DDF -Ponga la basura (de sus ojos) en su lugar.

¿Ves? ya no ves. Ves que no ves, paradójicamente; y al comprobar la horrible realidad que te envuelve, quedas como terrificado: mezcla de tierra y terror. Piensas: dentro de un tiempo corto, ¿qué será de la doble perdición del hombre? Del hombre perdido por dentro, buscando en Dios la respuesta a la inutilidad de su negro destino. ¡Tan imprevisto! Y del hombre perdido por fuera, en la oscuridad de la noche del día nublado por la contaminación, perdón, por la civilización y el progreso. Por esa nublazón. Por esa cerrazón. Por esa asfixiante oscuridad fermentada que terminará, dentro de unos segundos, por igualar la facultad visionaria del vidente e invidente, evidentemente.

Comprendo tu desolada reflexión, como comprendo la desolada reflexión teórica de los otros. Tu espanto es mi espanto. Yo, como tú, estoy seriamente preocupado por esa ola negra que nos está aplastando, soterrando, mientras agita en mi memoria el aforismo de Jules Renard, tan lleno de luz profética, de negro presagio... "El hombre, ese topo de la atmósfera".

Es más fácil organizar una conferencia sobre la contaminación del medio ambiente,
que agacharnos a recoger una cáscara de plátano.

¡Hasta Mañana!

miércoles, abril 18, 2007

HOY...

... tienen sobradas razones para sentirse orgullosos.
... inician un nuevo camino.
... inician un cuento fantástico.
... inician una nueva tradición familiar.
Hoy, el libro de su vida empieza a trazar las primeras palabras:
David Alberto Martínez Mondragón
Abril, 12, 2007
¡Felicidades!
Los niños aprenden lo que viven
Si un niño vive con tolerancia,
aprenderá a ser paciente.
Si un niño vive con aliento,
aprenderá a tener confianza.
Si un niño vive criticado,
aprenderá a condenar.
Si un niño vive ridiculizado,
aprenderá a ser tímido.
Si un niño vive avergonzado,
aprenderá a sentirse culpable.
Si un niño vive estimulado,
aprenderá a apreciar.
Si un niño vive con honradez,
aprenderá a ser justo.
Si un niño vive con aprobación,
aprenderá a valorarse.
Si un niño vive con seguridad,
aprenderá a tener Fe.
Si un niño vive con cariño y amistad,
aprenderá a amar.
(D.Nolte)

Sólo recuerden...
Los niños son como los espejos:
En presencia del amor,
es amor lo que reflejan.
Cuando el amor está ausente,
no tiene nada que reflejar.

Bueno, procederé a encender mi puro y a brindar por tal acontecimiento.

¡Salud!

lunes, abril 16, 2007

PEPEGRAMAS 3

En Defensa Propia.

Cada mañana, al rasurarme frente al espejo, encontraba tu mirada, siempre allí, con tus ojos escrutadores, fríos, pesados como un ancla, como un fardo, como un pecado. Dejabas que me alejara, atado con el fuerte lazo de tus reproches; velabas mi mente con tus críticas y tus palabras se enredaban en mi cuello, traspasaban la garganta y se deslizaban hasta el corazón, carcomiéndolo sin piedad. Mi horizonte era el tuyo y hasta en mis sueños aparecías vigilante, frustrando cualquier intento de nocturna huída. Cada acto que realizaba iba acompañado de tu amargura silenciosa, de tus irónicas sonrisas, de tus frases inconclusas... de mis cárceles mentales. Por eso voy a matarte. Por eso tomo el arma, pongo el cañón sobre mi sien y disparo.

Cuestión de Formas

La muchacha de ojos profundos y los pies descalzos se acercó a preguntarme cabizbaja: -¿Por qué das golpes al viento? -No doy golpes al viento, doy golpes a mi sombra. -Pues, la sombra debería replicar tu locura. -La locura no es mía, es de la sombra... yo sólo me defiendo.

Las Superficies del Cristal

Una ventana no es más que eso: una ventana. Y sin embargo, imperceptible, toda la vida se agolpa de pronto entre sus marcos. Una ventana, entonces, no es más que eso: un espejo sin fondo, que a veces, bien mirado, parece una ventana.

¡Hasta mañana!


Ahora que está el conflicto en Irak, lo que voy a escribir trata, precisamente, de la guerra.
Casualmente, encontré un reglamento que se formuló, hace ya varios años, para la mujeres, previendo el caso de que tuvieran que combatir.


ORDENANZAS PARA RECLUTAS

ARTÍCULO PRIMERO
Toda mujer de 18 años o más se considera apta para el servicio.
ARTÍCULO SEGUNDO
Llevará en su equipo de 2 a 3 paracaídas.
ARTÍCULO TERCERO
Debe estar siempre preparada para el combate, cuerpo a cuerpo.
ARTÍCULO CUARTO
Limpiará frecuentemente su arma, para tenerla en codición de ser utilizada en cualquier momento.
ARTÍCULO QUINTO
Si hubiera un ataque masculino sobre la zona de guerra, recurrirá a la técnica de cuerpo a tierra.
ARTÍCULO SEXTO
En caso de que el enemigo levante su arma, deberá colocarse en posición de
combate.
ARTÍCULO SÉPTIMO
Durante la batalla queda prohibido gritar.
ARTÍCULO OCTAVO
En caso de retirada del adversario, tomará el arma de éste y lo obligará a seguir
combatiendo hasta la rendición total.
ARTÍCULO NOVENO
Cuando la recluta lleve bandera roja, deberá prever que el enemigo ataque por la retaguardia.
ARTÍCULO DÉCIMO
Después de la lucha procederá a limpiar su armamento.

Penalidades

En caso de incumplimiento del Art. 2° la recluta será condenada a cargar la mochila durante 9 meses, aumentando paulatinamente su peso y contenido, y pasado este período, a no usar su arma hasta que hayan transcurrido 40 días.

ZONA MILITAR N° 69


Pelotón: Preparen... apunten... ¡disparen!