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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

viernes, diciembre 12, 2008

Guadalupe
Pero me quedo y estaré con con ustedes hasta el fin del mundo en mis imágenes, así de pincel como de talla; y sabrán que estoy en ellas cuando vean que obro por medio de ellas milagros y prodigios.

Testimonios
A un hombre que rezaba frente a la imagen de NS de Guadalupe le cayó sobre la cabeza una lámpara de aceite caliente que pendía del techo. Nada le ocurrió a pesar del gran golpe y lo curioso es que también la lámpara y el fuego salieron ilesos.

Dos relámpagos salieron de la sagrada imagen cuando el Licenciado Acuña se preparaba a iniciar su misa. Enseguida se encendieron las ceras del altar mayor de la ermita...

Un hombre que vivía atormentado por un insufrible dolor de cabeza y oídos, pidió que lo llevaran al templo del Tepeyac, en donde se puso a rogarle a la Virgen con toda la fuerza de su corazón para que lo aliviara. Al regreso del santuario, ya no sentía dolor.
Nican moctepana, siglos XVI-XVII

Pero una sola clave basta para acceder a ella. así me lo dijo Abelina de Michoacán, una tarde, en la explanada de la Basílica. "Hay que pedirle con el corazón abierto, mire, a mí me agarró una impresión y aquí se me vino a quitar después de muchos meses. Y yo siempre vengo a darle las gracias porque no me falla, pero es con el corazón como se piden los favores..."

Si hay una tradición verdaderamente antigua , nacional y universalmente aceptada en México, es la que se refiere a la aparición de la Virgen de Guadalupe. No hay nadie, ni entre los indios más montaraces, ni entre los mestizos más incultos y abyectos que ignore la aparición de NS de Guadalupe... En ella están unidas todas las razas que habitan el suelo mexicano.
En el último extremo, en los casos desesperados, el culto a la Virgen Mexicana es el único vínculo que los une. La profunda división social desaparece también, solamente ante los altares a la Virgen del Tepeyac. Allí son iguales todos, mestizos e indios, aristócratas y plebeyos, pobres y ricos, conservadores y liberales...
Los primeros autores fueron el obispo español Zumarraga y el indio Juan Diego que comulgaron juntos en el banquete social con motivo de la Aparición, y que se presentan en la imaginación popular, arrodillados ante la Virgen en la misma grada.

El día que no se adore a la Virgen de Guadalupe en esta tierra, es seguro que habrá desaparecido no sólo la nacionalidad mexicana, sino hasta el recuerdo de los moradores del México actual.

(...) Seré siempre un amuleto
cirio que no se consuma,
y vestida con la pluma,
del serafín que me adora,
seré la humilde señora,
del país de Moctezuma.
Estas son las mañanitas, que cantaba el rey David, a la Virgen tan bonita, se las cantamos así...