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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

miércoles, diciembre 10, 2008

Inquietudes ineludibles

Recientemente, recibí un correo sobre un evento ocurrido el pasado 4 de junio del presente año, Carolina Aranda Cruz, de once años, estudiante de quinto de primaria, fue invitada a dar un discurso en el World Trade Center ante cientos de pediatras y del secretario de Salud de nuestro país.
Su discurso terminó con una frase devastadora: "Pobre México nuestro, tan cerca del Fútbol y tan lejos de la ciencia".
Algunos extractos de su discurso son inquietantes. Carolina, dice: ¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos?, ¿Son mejores personas?, ¿Producen mayor riqueza?, ¿Nos divierten más?. No creo, gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, los Ipods, los simuladores. Además, salvo algunos casos, los jugadores de fútbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros cintíficos, que nadie apoya, no. Y en otro fragmento de su discurso expone: "Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en fútbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos. Tenemos la mejor universidad de Hispanoamérica, según la revista Time, y cada vez le damos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a lo que ya da resultados? Un país que no invierte en ciencia y educación siempre será un país pobre. ¿Queremos un México pobre?".
¡Qué les parece! Carolina le dio al clavo, pues tiene razón.
Ya lo vimos, por poco perdemos en fútbol con Cuba, país donde ese deporte casi no se juega, y perdimos con Honduras. Ejemplos de esos abundan en la historia del fútbol mexicano. Por otro lado, cabe mencionar otra vergüenza. El discurso de Carolina sólo tuvo eco en un medio de comunicación escrito y en uno televisivo. La pobreza noticiosa de los medios de comunicación también se evidenció. Las cosas seguirán igual. Hace más o menos seis años, tres jóvenes mexicanos ganaron medallas de plata y bronce en una olimpiada científica en Dinamarca, en la que compitieron 52 países. Ningún medio de comunicación (ni sus renombrados periodistas y columnistas), le dio importancia como para siquiera mencionarlo en alguno de sus espacios. Estaban muy ocupados con señalar las medallas logradas por Ana Guevara, de quien también estamos orgullosos. Pero tanta diferencia, ¿se vale? Yo pienso que no.
Hace aproximadamente tres semanas Televisa llevó a cabo su foro anual llamado "Espacio". Cerca de 5, 000 universitarios asisten para escuchar a diversos personajes de la vida académica y política. Entre los invitados estuvo el actual director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Juan Carlos Romero Hicks. La ocasión hubiera sido perfecta para hablar sobre los proyectos que tendría esa institución para impulsar las oportunidades existentes en la ciencia para los jóvenes, o de las estrategias para desarrollar la tecnología que requiere el país en los próximos años y que podría descubrir nuevos horizontes de oportunidad para la juventud. Pero no, habló sobre la moral. Yo no tengo nada en contra de la moral, pero hubiera sido moralmente más correcto para el director del Conacyt explicar o presentar temas sobre los cuales cientos de jóvenes en el país están preocupados y que se relacionarían con su futuro como mexicanos con oprtunidades.

"Pobre México nuestro, tan cerca del futbol y tan lejos de la ciencia".

Este tipo de mensajes deberíamos convertirlos en correos que sean cadenas interminables y darle la vuelta al mundo varias veces hasta que nuestro gobierno y nuestros "cultos" diputados y senadores entiendan el mensaje.

¡Hasta la próxima!...