PEPEGRAMAS

... la línea de la sombra.
¿Qué importan diez años más o 20? Cuando la gente es adulta, lo es ya para siempre, y se iguala todo muy rápido a partir de entonces. Es algo sin vuelta atrás, habremos ya cruzado lo que Joseph Conrad llamaba la Línea de la Sombra, o estaremos a punto de hacerlo. Ya sabes, la edad en que la vida se encarga de uno, si es que no se ha hecho cargo de ella uno antes. La línea que separa lo cerrado de lo abierto, la página escrita de la página en blanco, allí donde empiezan a agotarse las posibilidades, porque las que uno descarta se van volviendo irrecuperables, y están más perdidas cada día que uno cumple. Cada fecha de penumbra; o de memoria que es lo mismo.

Todos los que hemos cruzado esta línea entendemos perfectamente el concepto, no así los que se encuentran del otro lado. Para no dar más rodeos, reproduciré las palabras de Conrad, que además constituyen el incipit de la novela.
"Sólo los jóvenes tienen tales momentos. No me refiero a los muy jóvenes. No. Los muy jóvenes no tienen -en sentido estricto- momentos en sí. El privilegio de la juventud es adelantarse a los días venideros, con una esperanza continuada, sin pausa ni introspección alguna".

Uno cierra tras sí la puerta de la simple puerilidad y entra a un jardín encantado. Sus meras sombras relucen de promesas. Cada vuelta del sendero tiene una seducción propia. Y no porque se trate de un territorio ignoto, uno sabe perfectamente que toda la humanidad ha transitado por ese camino; pero en el atractivo del suceso universal reside nuestra expectativa de tener en él sensaciones propias. Un poco de todo eso nos debe pertenecer, debe ser nuestro. Sí. Uno se va dejando llevar y va hacia adelante. Y el tiempo también va pasando, hasta que uno empieza a percibir una línea de sombra que nos advierte que el tiempo de la juventud temprana debe quedar atrás.
Ése es el periodo de la vida en el cuál esos momentos de los que he hablado, es más posible que se presenten. ¿Cuáles? Momentos de tedio, de desgaste, de insatisfacción; momentos impulsivos. Quiero decir, momentos en los que los aún jóvenes estarían dispuestos a cometer actos intempestivos como casarse de improviso o dejar el trabajo por ningún motivo.

"En otro tiempo, calma llana, gran espejo de mi desesperación". (Baudelaire)

Carpe diem!