A veces es necesario hacer una pausa...

para analizar tanto nuestras necesidades como nuestros potenciales, ello servirá para poder alcanzar nuestras metas. En nuestro interior está la respuesta a todas las preguntas que podamos hacernos, y para lograrlo es importante mantener ese contacto y esa comunicación con nosotros mismos. 

Duele ver día a día, año con año, los mismos problemas repetidos de generación en generación y que aún están sin resolver. Guerras, hambre, división de clases, pasiones desmedidas, siempre lo mismo; porque el hombre de ayer, como el de hoy, sigue siendo igual. Somos animales racionales y cuando se nos olvida razonar nos quedamos en puritito animal. Un mundo mejor no se logra ni desde la derecha, ni desde la izquierda… sino desde el interior de cada uno. 

¿Qué cosa es el tiempo?

Algo que no se ve pero se siente, ligero como el viento que escapa… escapa y no podemos detenerlo; ni podemos alargarlo, ni acortarlo. Desperdiciar el tiempo no es un delito grave, pero no aprovecharlo es algo irreparable. Prisioneros somos de su espacio, ya que nacemos, crecemos y morimos en el tiempo. En la infancia, corre lento el tiempo. En la juventud, corremos desenfrenadamente, desperdiciando el tiempo. Y conforme pasa el tiempo, ¡qué de prisa se nos va yendo! Y tú, querido amigo/amiga: ¿te has puesto a pensar qué has hecho con tu tiempo? Creo es tiempo ya de que medites en esto, cuando aún estás a tiempo…