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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

viernes, agosto 21, 2015

Irremediable
La misma brisa que me hizo sentir frío minutos antes, arrastraba una hoja de papel. Me detuve para contemplar con que lentitud se acercaba el objeto hacia mí. Para ello, hubo necesidad de que en el recorrido hiciera un viraje caprichoso, lo cual convertía el detalle en una casualidad sorprendente. Como lo esperaba, el papel llegó directo a mis pies. Se posó un instante, de inmediato clavé mi mirada en búsqueda de cualquier cosa que pudiera entenderse como un mensaje, como una señal al menos. Una nueva ráfaga sacudió el papel, lo hizo girar de tal forma que dejó ver ambas caras en blanco… vacías. Sentí una especie de descontento que, al reanudar mi caminar, no desapareció del todo.
Viajeros
Arriba, el jet iba marcando cuatro delgados caminos blancos que se disolvían como efímeras estelas sobre el mar oscuro del espacio. Adentro, dos hombres hablaban de fantasmas. El del lado de la ventanilla dijo que no creía en patrañas y se durmió. Unos ligeros toques, por fuera del cristal, lo despertaron. Volteó hacia su compañero para preguntarle si había escuchado lo mismo, pero éste ya no estaba. La aeromoza le informó que aquel asiento no había sido ocupado durante el vuelo y le mostró el cinturón de seguridad sin desabrochar. Pensó entonces que había sido un sueño y se volvió a dormir. Varios toques lo volvieron a despertar. Se atrevió a mirar por la ventanilla y vio cómo su compañero de conversación, con una maliciosa sonrisa en los labios, le decía adiós, desde afuera, mientras se desvanecía en el espacio.
 
El perro, el mejor amigo del hombre, tiene un privilegio sobre todos los demás animales, un rasgo que le caracteriza, y es ese movimiento de cola tan expresivo, tan profundamente honrado. Esta seguridad de tierna amistad y devoción por parte del perro, es mil veces más segura que las reverencias que cambian los hombres en señal de cortesía. Lo que me hacía tan grata la compañía de mi perro, era su disposición de compartir todo conmigo. Sí, mi perro era alegre como el amanecer.
Definitivo… El mejor amigo del hombre es como medicina, pero sin efectos secundarios.