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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

miércoles, marzo 28, 2007

INCONGRUENCIA

Todos le tememos a la muerte, confesémoslo o no.

Daríamos cualquier cosa por alargar nuestra vida y, paradójicamente, todos pecamos en el quinto mandamiento, "No matarás", asesinándonos a nosotros mismos.
Sabemos que la fuente de la eterna juventud no existe y, sin embargo, la seguimos buscando afanosamente.

El ateo "gracias a Dios", casi siempre político prominente de sexenio, gran admirador de Juárez y liberal furibundo, pero el primero en hincarse en un temblor, dándose fuertes golpes de pecho y rezando a voz en cuello para pedir perdón, aunque confunda la magnesia con el Himno Nacional;
el frío y calculador ejecutivo, que lo primero que hace al subir a un avión es persignarse muy discretamente, tratando de que nadie lo vea; el que procura la amistad de algún sacerdote por aquello de las dudas, o el que da grandes sumas de dinero a obras benéficas creyendo pagar así su seguro para la otra vida, y los que se hacen exámenes o chequeos médicos cada seis meses, o a lo más cada año, y los ricos en Houston o en Miami, son algunos de los muchos ejemplos que confirman que quién más, quién menos, todos le tememos a ese momento inevitable.

Somos, sin embargo, tan limitados y mediocres, que a pesar de desear alargar nuestra vida al máximo, como ya dije antes, la acortamos por múltiples causas.
Ahora que la medicina ha progresado tanto y que la tecnología hace milagros, el hombre se adelanta al infarto por quítame estas pajas.

Están muy de moda las itis. Las personas berrinchudas, que se enojan de todo y por todo, se enferman de Colitis, muy molestas, en verdad, sobre todo si no tienen un W.C. a la mano.
Los apurones neuróticos, que se pelean hasta con su sombra, que hacen cortocircuito echando chispas a cada rato, y viven corriendo, siempre de prisa, adquieren inevitablemente una Infartitis. Los pobres mueren de repente, sin decir ni pío desconectando de un jalón todos sus circuitos; ellos descansan y sus deudos también.
Ambas enfermedades ayudan mucho a la muerte con innumerables clientes, que cuando tienen la combinación de ambas, irremediablemente mueren de Idiotitis (sin comentarios).
También ayudan, aunque en menor grado, los que mueren de camionazo, avionazo o atracón.

Sería muy conveniente que en este nuestro tan traqueteado mundo recordáramos aquel sabio refrán: "Si tu mal tiene remedio, de que te preocupas; y si no...".
De esta forma, tal vez viviríamos un poco más o al menos viviríamos mejor y moriríamos de alguna enfermedad digna o natural, como la vejez, por ejemplo.

Envejecer sigue siendo el único método para vivir muchos años.

¡A vivir, fuera temores!