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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

jueves, mayo 17, 2007

Para leer sobre un banco

Envejecer es obligatorio, crecer es opcional.
El General, Douglas Mc Arthur, decía que, "el único envejecedor del hombre es el abandono de los ideales".
A través de los años he aprendido que existen varios factores para que continuemos jóvenes, felices y exitosos, lo resumiré en tres aspectos:
+ Se necesita reír y encontrar humor en cada día.
+ Se necesita tener un sueño, pues cuando éstos se pierden, uno muere.
+ Se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer.

No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar.
Envejece quien está dispuesto a ser más viejo. Eso no exige talento ni habilidad.
La idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad.
Si te estás preparando para envejecer, ten por seguro que lo lograrás más pronto.
Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer. Las únicas personas que tienen miedo de envejecer son aquellas que aún no han terminado su obra.
"Lo más importante en la vida, es no tener miedo de envejecer".

Para tomar en cuenta.
Nunca digas todo lo que sabes, nunca hagas todo lo que puedes,
nunca creas todo lo que oyes, nunca gastes todo lo que tienes.
Porque quien dice todo lo que sabe, hace todo lo que puede,
gasta todo lo que tiene y cree todo lo que oye,
un día dirá lo que no debe, hará lo que no sabe,
juzgará lo que no ve, y gastará lo que no tiene.
Inscripción encontrada en las ruinas de Persépolis.

Procura imprimir en la memoria estos preceptos:

No propales tus pensamientos ni ejecutes nada inconveniente. Sé sencillo, pero no en modo vulgar. Presta a todos tu oído, pero a pocos tu voz. Y sobre todo: Sé sincero contigo mismo, y de ello se seguirá, como la noche al día, que nunca puedas ser falso con nadie. William Shakespeare

Si tu vida no es de la forma que quieres, fíjate en qué estás mintiendo.

¡Ánimo, aún nos queda mucho por andar!

lunes, mayo 14, 2007

VUELA

Ante la adversidad, sé fuerte. No confieses a nadie el dolor de tu herida. No permitas que tu corazón se hunda en un abismo de tristeza. No te declares vencida ante el destino. Sobre tu dolor construye un castillo que sea tu fortaleza, para que te refugies con todos tus dolores y todas tus angustias. Donde grites toda tu cólera y estallen en mil pedazos tus penas y tribulaciones. Cada obstáculo pone a prueba tu grandeza. No permitas que el miedo te estorbe, deshazte de tus ansias de locuras infernales. Construye en las cenizas de tu desilusión, levántate más digna y más serena... y sigue adelante.

Reta al destino, haz que te voltee a ver, abriga en tu conciencia un optimismo pleno, y a través del dolor subraya tu carácter. Ignora cuanto quiera interrumpir tus ilusiones, en la vida se triunfa de diferentes modos, crea alas y "vuela"... ¡por encima de todos!

No vivas la vida en callada desesperación, ni alimentes tu soledad.

¡Hasta mañana!

Hora de Nadar
Por fin lo admitió: estaba enferma.
Lo que en un principio habían sido simples manifestaciones de sus problemas, ahora eran grandes trastornos orgánicos.
Por la noche trataba de conciliar el sueño, ya que los latidos de su corazón eran perturbadores. La sangre era empujada a recorrer venas y arterias con tal fuerza, que aseguraba que cada latido sería el último. Mientras más trataba de controlar esos movimientos, más se aceleraban. Finalmente, después de horas, conciliaba el sueño.
Por las mañanas otros eran sus síntomas; cualquier problema lo hacía suyo, y sufría por resolverlo. Tenía dolores de cabeza que se apoderaban de ella. Ya los conocía bien, podía describirlos con todos sus detalles, los tenía clasificados por secciones de dolor, intensidad, frecuencia y momento de aparición. Uno era el ataque de una enorme aguja de tejer que se incrustaba en el cráneo. Otro eran como toques eléctricos en las sienes. Algunos le impedían hablar, otros la dormían por horas enteras o le provocaban náuseas. Había aprendido a vivir con ellos, pero a veces lloraba desesperada, rodeada de un sentimiento de temor.
Los medicamentos ya no la calmaban, pero había descubierto que su tensión disminuía cuando su mente viajaba. Esta se detenía admirando el bosque, su bosque, y los paisajes que imaginaba. Las cascadas y los lagos eran sus visiones preferidas. Escuchaba perfectamente el sonido del agua, percibía el olor y la frescura del ambiente. Disfrutaba imaginándose que chapoteaba y se zambullía en el agua sin cesar. Después flotaba tranquilamente, de espaldas, acariciando el agua.
La encontraron sentada en la sala, rodeada de sus queridos gatos. Estaba fría y pálida, con los párpados cerrados y una expresión tranquila en su rostro. Era su hora de nadar.
In memoriam:
Rosa María S. de Sharkey

jueves, mayo 10, 2007

ENCUENTRO

Una mujer camina a mi lado, no la sentí llegar. Me habla de lugares que no conozco, toca mi brazo derecho, sonrío sin comprender por qué, pues muchas de sus palabras me suenan extrañas. De pronto, llegamos a una esquina y la luz de un farol que ilumina la calle me permite ver sus facciones: es muy joven, creo conocerla pero cuando estoy a punto de recordarla se despide; la veo alejarse en la oscuridad, entonces me doy cuenta de que debe ser muy tarde y vuelvo sobre mi paso, aunque no sé para qué.

He caminado algunas calles y recuerdo su nombre, su voz; la tibieza de su beso en mi mejilla al irse, es lo único que tengo de ella, eso y sus palabras quizá sin sentido, pero el tono de su voz será lo más preciado para mí desde ahora.

¿Qué hice antes de caminar por aquí? No sé. Creo que desde que existo camino por esta calle; ha cesado la lluvia y quizá pronto amanezca. Ya no tengo frío. Alguien se acerca. Me cubre con una manta seca y dice dos palabras que no entiendo.
Caminamos en silencio. La calle es tan larga.
Le hablo de mi madre, sonríe, y dice: "Sí, así es la muerte".

Para aquellos que tienen el privilegio de compartir este día con sus cabecitas blancas,

¡Feliz día de las madres!

Recovecos de la Memoria

El sonido monótono del ir y venir de la mecedora era casi lo único que se escuchaba en la calle. A lo lejos, como en un segundo plano, se escuchaban los sonidos de los pájaros anunciando la noche.
Mi abuela se mecía en la terraza tratando de engañar el calor, que, ni por la hora parecía dispuesto a disminuir. Sabía que debía recordar algo importante, algo que estaba ahí, casi a la vuelta en algún rincón de su memoria.

Desde temprano se despertó con la sensación de que debía preguntar algo a su hija que, de pie, cerca de un pilar, atisbaba la esquina para ver quién regresaba del rosario.
Frunciendo el ceño hizo un nuevo esfuerzo y decidió dejar que el recuerdo se abriera paso a través de sus años. Tomó su tejido y empezó a hilar puntadas caprichosas para un suéter que llevaría al bazar de Semana Santa. Sus dedos recorrieron, con asombrosa habilidad, el hilo una y otra vez.

De pronto el vaivén cesó y con el mismo sobresalto de quien acecha una sombra de reojo a las seis de la tarde recordó. Radiante, volvió el rostro hacia su hija y ansiosamente preguntó:
-Licha, ¿cómo se llamaba mi esposo?

Recordando a mi Abuela.

martes, mayo 08, 2007

Entre sueños
A veces, en la noche tan vasta en insomnio, escribo, sólo-por-escribir, algo, lo que sea, sólo por fatigar mis dedos o por cansar este pensamiento que me mantiene despierto; escribir, para mi, es una manera de combatir la ansiedad. Ibargüengoitia se lo sabía muy bien, decía que:
Los insomnes son gente que vive cultivando el sueño.

Y dale, de pronto me encuentro frente al teclado y, ¿ahora qué, que escribo? Entre palabras y figuras fugaces, recordé que hace años leí un estupendo libro del Padre Coloma, pequeñeces.

En éste, se describe lo mucho que descuidamos las cosas insignificantes que tanto valen y, que por descuido se pagan a veces precios muy altos.
En el matrimonio, si la esposa y el esposo cuidaran los pequeños detalles como darse un beso antes de salir cada quien hacia su trabajo, una llamada a media tarde; alabarse mutuamente frente a los amigos, evitando las críticas y los reproches, estoy seguro que el índice de divorcios disminuiría notablemente, que en no pocas ocasiones se deben precisamente a estos pequeños detalles que, acumulados, se convierten en tragedias.

La enfermedad, la pasión y la gordura no se logran de golpe, se van formando poco a poco. Comemos mucho hoy y mañana y pasado, y casi sin darnos cuenta, cuando nos pesamos, la báscula nos indica que hemos aumentado de peso en forma exagerada.
Una copita hoy y otra después, ha hecho alcohólicos a mucha gente.
Los grandes problemas se resuelven por sí solos; es en lo insignificante donde se puede caer para no levantarse jamás.

De los pecadotes nos arrepentimos fácilmente, nos asustan, nos horrorizan. En cambio a las "pequeñeces" ni caso les hacemos,
¿Qué tiene de malo hablar de la gente, si todos lo hacen?
Decir una mentirilla es natural. Fanfarronear y hablar nomás por hablar.
¿A quién le puede dañar una "mordida" para acelerar tal o cual asunto?
Callar cuando deberíamos hablar, justificándonos de que somos prudentes.
No poner remedio a los males con tal de llevar la fiesta en paz. Ser cobardes ante tantas y tantas cosas. Si hay que sacrificar a alguien para triunfar, allá ellos por dejados.
Convertirnos en reyes del "yoyo", primero Yo y siempre Yo.
Exigimos que nos respeten pero nosotros, a veces, nos metemos en la vida privada de los demás.

Para acallar nuestra conciencia pensamos que todo esto no son más que "pequeñeces" que no nos deben preocupar.
Nos mentimos a nosotros mismos convenciéndonos de que somos nuy buenos, porque no matamos, no robamos, vamos a misa todos los domingos y no somos tan malos como los demás.
Desde que se inventaron las excusas todos somos santos.
Sin embargo, por esas "pequeñeces" que, juntas, pesan un titipuchal, piensa, amigo mío, que tú y yo nos podemos joder.

La realidad ocurre de noche, cuando soñamos.


¿Ya amaneció?

jueves, mayo 03, 2007


El Noble Arte de Escribir a Máquina.

Lo que me gusta de mi máquina de escribir
es que escriba tan rápidamente como pienso...
los días lentos escribe más de prisa.
Calvin Trilling

La máquina mecánica, comparada con la eléctrica,
es como un hacha comparada con una sierra eléctrica,
con un hacha, se puede sentir la madera al tomar vuelo.

Me agrada pensar que la palabra se siente en una máquina mecánica,
la energía que piensa la palabra es la misma energía que la pone en la página.

Las manos de un escritor deberían tener callos.
Guy Martin
De Escritores para Redactores
Una cuartilla es una hoja de papel que uno debe llenar de comas y de soledad.
Una cuartilla en blanco es una invitación, un reto que no hay que aceptar.
Una cuartilla es un saco roto en donde echar montones de lágrimas y llorar.
Miguel Guardia

De la Lectura y la Escritura
La costumbre de leer no se enseña, ¡se contagia!
El buen lector se hace, no nace.
Felipe Garrido
Leo mucho y aprovecho algo.
Séneca
Los libros deben comprarse con alegría y venderse con tristeza.
Salomón
La lectura es el único vicio privado que se confiesa públicamente.
Héctor Anaya
Conforme vas leyendo, vas creciendo.
Marcial
Nunca prestes libros, pues nadie los devuelve;
los únicos que tengo en mi biblioteca son los
que otros me han prestado.
Anatole France

EXILIO
Salsipuedes, es una calle estrecha que existe desde antes de la República.
Quien sabe si por intereses creados por esa manía de soledad,
por esa búsqueda existencial (o lo que crean los psiquiatras)
mi vida es una calle estrecha que le han bloqueado la salida.
¡Hasta mañana!