El amor en tiempos de fragmentación.

En esta era digital, he detectado que el sufrimiento por amor es obligatorio. Amar, como resultado de la atracción y la seducción, es tan importante como el juego de la manipulación y el control. Un juego en el que una de las partes pone en marcha una vulnerabilidad alarmante, al límite del desamparo. Cuanto más difícil, enigmática y compleja es la relación, más es posible abducir emocionalmente o ser abducido por la pareja. Son relaciones amor-atadas en una unión de total conformismo.

A propósito de las redes sociales…

Curiosamente sabemos más cosas de una persona visitando su perfil, que hablando con ella. Cuenta la leyenda que antes las redes sociales eran para hacer amigos, no para dejar de tenerlos. Y siguiendo con el tema, es curiosa la evolución de los teléfonos móviles: ahora sirven para no tener que llamar a nadie; peor aún, esa enajenación de estar checando las notificaciones sí que está afectando las relaciones personales. Cuidado con el "Phubbing", el mundo real no está frente a una pantalla. Creo que con toda esa tecnología, lo único que llegaremos a conocer en las personas será su rostro... y creo que ni eso.

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