Si
estás en uno de esos días agridulces… intenta tener mucha paciencia, levanta el ánimo y sonríe a pesar del
mal momento por el que estás pasando. Si tus emociones te están afectando
utiliza toda tu capacidad de intuición para no perderte en el laberinto de las
dudas. La vida a veces te sorprenderá con profundas
tristezas y momentos amargos. Minimiza si hoy ha
sido un mal día. No permitas que una tempestad te quite las ganas
de andar, muchas gotas caerán sobre tus hombros, pero no deberá ser un
impedimento para seguir por ese camino que te da la vida.
Hoy sólo haz sólo lo que amas y serás feliz.
El que hace lo que ama, está irremediablemente condenado
al éxito, que llegará cuando deba llegar, pues lo que debe ser, será… y llegará
naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor;
sólo entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible, porque te
mueve la fuerza natural de la vida. A ti debes hacerte libre y feliz. Después
podrás compartir tu vida con los que tú más quieres. Recuerda que la felicidad
no es un derecho, sino un deber; porque si no eres feliz, estás amargando a los
que te rodean, a los que te aman, pero sobre todo a ti mismo. Así que… ¡Sé
feliz!
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