Cuando una persona
pretende ser no-violenta, se espera de ella que no se encolerice con
alguien que la ha ofendido. Los impulsos nos pueden llevar a terrenos
peligrosos. Sin darnos cuenta en segundos podríamos estar involucrados en un
problema sin salida. Debemos tener presente que algunas personas son muy
ácidas, muy locas, pues cada quien percibe lo que quiere en una situación
tensa. La angustia que nos genera no vale la pena. La impulsividad tiene un
precio, y ese puede ser tu paz interna, tu tranquilidad. Para lograrlo hay que
aprender a controlar la palabra, pues el enojo es un estado en que la lengua
funciona más rápido que la mente. Piensa bien lo que vas a decir, antes de decirlo. ¡Cuidado!
Hay que tener mucho tacto.
“La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes”. T. Edison
“La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes”. T. Edison
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home