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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

jueves, julio 26, 2007

Esperando...Esperando.

Cuando una mujer está embarazada se dice que está "esperando"; y esto es lo que hace el ser humano durante toda su vida, esperar, esperar, esperar...
A veces esperamos demasiado tiempo.

Cuando somos niños vivimos en nuestro mundo de fantasías, no sabemos nada, hacemos lo que se nos dice. En la adolescencia, nos rebelamos ante todo y queremos cambiar el mundo y nada nos parece. En la juventud soñamos, idealizamos y metemos la pata.

En la madurez despertamos azorados para darnos cuenta de todas nuestras idioteces y esta dolorosa realidad nos sacude con fuerza; sin embargo, y si aprovechamos bien el tiempo se nos ofrece la última oportunidad de enmendar errores cuando seamos grandes, "que no es lo mismo que ser viejos".

Pero en esta última etapa, única en la que somos menos ignorantes, se corre el riesgo de que nadie nos comprenda, porque es muy cierto aquello de que "nadie escarmienta en cabeza ajena" y los que vienen detrás de nosotros piensan que ellos no van a fracasar.

Total, nuestra vida no es otra cosa sino una sala de espera en la estación de un tren sin paradas, donde tenemos que estar con nuestro equipaje listo para poder partir en cualquier momento.

A veces, mientras esperamos, vemos partir a muchos que se van antes que nosotros sin ni siquiera estar preparados. Es curioso: todos creemos en la muerte y la aceptamos; es un hecho inevitable. Pero en la mayoría de los casos no nos preparamos para recibirla. Por eso son muchas las personas que mueren sin haber terminado su obra.

Nos fijamos una meta, luchamos por alcanzarla y, al lograrla, en no pocas ocasiones nos damos cuenta de que hemos pagado un alto precio por algo que en muchas ocasiones no valía la pena. Fue un filósofo ateo, si no me equivoco, quién afirmó que si Dios no existiera habría que inventarlo.

Se sueña. se espera el amor y éste pasa por nuestra existencia como una estrella fugaz y a veces ni siquiera nos damos cuenta. La madre espera... se le hacen eternos los nueve meses, nace el bebé y pronto, demasiado pronto, crece y se va.

Duele ver día a día, año con año, los mismos problemas repetidos de generación en generación y que aún están sin resolver. Guerras, hambre, división de clases, pasiones desleales, siempre lo mismo; porque el hombre de ayer, como el de hoy, sigue siendo igual. Somos animales racionales y cuando se nos olvida razonar nos quedamos en puritito... ¡animal!

Esperando, esperando...
pasarse la vida esperando es una pérdida de tiempo.

¡Hasta mañana!