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Nombre: Mr. Woodstock
Ubicación: México, Distrito Federal, Mexico

Escritor, Publicista, Consultor, Aventurero, Alegre, Amigable, Filósofo.

miércoles, diciembre 05, 2007

La lujuria perpetua

Desde siempre han existido individuos cuya privilegiada lucidez les permite hurgar en lo más íntimo de nuestros recovecos. Siempre he gozado con la pornografía. Me gusta la literatura que afirma los derechos de la carne; gozo con la narrativa y la poesía que describen los placeres lúbricos, la síntesis del amor-pasión y el libertinaje.

La literatura erótica no siempre es aceptada por los lectores que detestan la pornografía, porque representa todo lo que no entienden y no pueden controlar de sus propios cuerpos; simboliza los impulsos instintivos que no se disimulan ni con todos los artificios de la civilización. La negación del propio cuerpo y la represión del deseo son las causas por las que frente a las producciones literarias rabiosamente lascivas, en lugar de invocar su calidad, los detractores del género pretenden distinguir entre lo erótico y lo pornográfico, aunque nadie ha podido explicar coherentemente en qué consiste la diferencia.
La literatura erótica no aborda ocasionalmente los goces de la carne; son su tema principal. La manipulación de la carne como plastilina para las fantasías eróticas es una práctica común.

Si bien en todas las épocas hubo creaciones lúbricas notables, el siglo XVIII francés fue la verdadera edad de oro del libertinaje. Durante este periodo, Francia se convirtió para el resto de Europa en el modelo del arte de amar, ejerciendo el monopolio indiscutido de la literatura galante. La mujer fue la figura principal. Escritores y pintores la hicieron objeto de su inspiración. Fascinados la observaban, la sorprendían en el lecho, la espiaban en el baño y seguían sus pasos para describirla en los menesteres de la alcoba.

En el siglo XX, el erotismo obtuvo carta de ciudadanía en el campo de las letras; son legión los escritores que han rendido culto a Eros. Todos los autores de literatura erótica presentan el erotismo no como es en verdad, sino tal como se desarrollaría si los deseos franquearan totalmente las conveniencias e inhibiciones. Los protagonistas no conocen escrúpulos ni obstáculos. La mayoría de los pornógrafos expresan antes sus fantasmas que sus experiencias reales, pero gracias a su fértil fantasía los lectores gozamos vicariamente de la perpetua lujuria, precisa, elemental, agresiva, y nos ponemos en contacto con nuestra realidad animal que nunca será completamente domada.

... dos mujeres y un hombre realizan la fantasía de un trío interno en el que se confunden; una call-girl cuenta los secretos que le ha eneseñado su oficio de citas clandestinas, un grupo de swingers penetra en la penumbra de los intercambios de parejas, los travestis de la noche se buscan y se encuentran en la oscuridad de calles y tugurios, un hombre que frisa los cuarenta años confiesa sus experiencias con Viagra, la tecnología y su largo andar al servicio del erotismo, la historia de un hombre que escondido tras su seudónimo escribía novelas pornográficas, frases que leídas de ida y vuelta se asoman al mundo de la lascivia.

Todas estas tramas son experiencias reales que podrán disfrutar, leyendo, "La lujuria perpetua", ediciones Cal y Arena (2004).

¡Gócenla, hasta la próxima!...