Acto de Presencia.
Las historias que escribe el destino son vastas, infinitas. Uno sueña e imagina, pero es la
creatividad que demuestra este genial escritor la que supera cualquier límite
posible.Es autor de hazañas, que no por ser humanas, son menos increíbles. Aunque en el proceso puede sufrir algún incidente: pasar por alto la sintaxis de la curiosidad, quizá desatender la correcta ortografía del silencio o dejar a un lado la puntuación que imprime la ternura en el papel. El destino prefiere escribir con pluma de punto fino y tinta permanente. Pero el corrector de estilo es Dios, quien al revisar el texto tiene una sola tarea: mantener su sabia sonrisa para inspirar al creador y seguir leyendo con supremo interés y honda emoción. No importa que Él conozca, desde antes que se hubiera escrito... el final del cuento.
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