Es notorio… cada año veo que el espejo es menos amigable conmigo, pero me recompensa la madurez y la experiencia adquirida a través de los años. Durante ese tiempo reforzaron el deseo de expresarme y la necesidad hacia la sociabilidad con personas semejantes a mí. La experiencia y la madurez hacen que uno pueda ofrecer la amistad sin recelo. Ser cómo yo soy entre mis contemporáneos, es una gran satisfacción personal. En mi vida he tenido muchos altibajos, pero me mantengo fuerte mirando siempre hacia adelante. Tal vez me equivoqué en algunas cosas, no soy perfecto, pero en lo que no me equivoqué fue en las relaciones que cultivé con las personas que más quiero, y me quieren... en mi vida las he amado siempre.