Mi regalo de navidad:

Dos cuentos y una recomendación.

Historia que trata de un sapo orondo
Era un orondo sapo que en un charco vivía y de noche temblaba, parecía un corazón con un poco de frío. Ante tal situación, una enorme bufanda de papel se ponía y asustaba a la luna tan segura y altiva y al más valiente sapo provocaba temor.
Era, en fin, un sapazo. Algún día de temblor -por acá tiembla mucho-, una estrella atractiva procuró incomodarlo colocando un espejo casi junto a su cara. El orondo brincó y la luna reía de ese horrible bosquejo dibujado en la noche. Luego el sapo notó que era su propia imagen y quedóse perplejo al saberse tan feo; sin embargo sonrió.
Era un orondo sapo que en un charco vivía y temblaba de noche. Parecía corazón.

Antídoto para la tristeza
Si te despiertas triste y la tristeza no se te pasa mientras te lavas los dientes, sal a la calle y compra el periódico en el puesto de la esquina. En la primera plana, marco superior izquierdo, en diez centímetros cuadrados, verás un Ángel que sonríe.
Entonces no habrá más tristeza en el mundo. El asunto, pienso ahora, es que deberías ver el periódico desde el sueño para que no te despierte la tristeza y el mundo acabe de hacerse antes de que abras los ojos y sonrías.

Recomendación
Si vives en una ciudad sobrepoblada imagina un papalote cerrando los ojos un instante.
Pero sólo un instante.
En cualquier ciudad sobrepoblada hay que tener los ojos bien abiertos.
¡Ah!, y un papalote.

Esta navidad, regala algo tuyo, que lleve tu esencia,

que provoque un profundo sentimiento a

la persona que te ocupa... ¡por siempre!

¿Ya pensaste en un regalo?...